Glucocorticoide.
Cada ml de suspensión inyectable contiene: Betametasona Dipropionato Micronizado (equivalente a 5 mg de Betametasona) 6.43 mg; Betametasona Fosfato Disódico (equivalente a 2 mg de Betametasona) 2.63 mg.
Está recomendado en el tratamiento de varios procesos agudos y crónicos que responden a los corticosteroides. La terapia con hormona corticosteroide es un coadyuvante, y no un sustituto, de la terapéutica convencional. Entre las afecciones más representativas se encuentran: Trastornos osteomusculares y de los tejidos blandos: Como tratamiento coadyuvante para administrar a corto plazo (para sostener al paciente durante un episodio agudo o una exacerbación) en casos de artritis reumatoide; osteoartritis (después de traumatismo o sinovitis); artritis psoriásica; espondilitis anquilosante; artritis gotosa aguda; bursitis aguda y subaguda; fiebre reumática aguda; fibrositis; epicondilitis; tenosinovitis no específica aguda; miositis. Cronolevel® Suspensión Inyectable también puede ser útil en el tratamiento de tumores císticos de una aponeurosis o tendón (ganglios). Estados alérgicos: Control de afecciones alérgicas severas o incapacitantes, refractarias a intentos adecuados con el tratamiento convencional, tales como rinitis alérgica estacional o perenne, pólipos nasales, asma bronquial (incluyendo estado asmático), dermatitis por contacto, dermatitis atópica (neurodermatitis), hipersensibilidad medicamentosa, reacciones del suero; edema laríngeo agudo no infeccioso. Enfermedades dermatológicas: Dermatitis atópica (eccema numular); neurodermatitis (liquen simple circunscrito); dermatitis por contacto; dermatitis solar severa; urticaria; liquen plano hipertrófico; necrobiosis lipoídica diabética; alopecia areata; lupus eritematoso discoide; placas psoriásicas; queloides; pénfigo; dermatitis herpetiforme; acné quística. Enfermedades del colágeno: Durante una exacerbación o como tratamiento de mantenimiento en ciertos casos de lupus eritematoso sistémico, carditis reumática aguda, esclerodermia y dermatomiositis. Enfermedades neoplásicas: Para el tratamiento paliativo de leucemias y linfomas en adultos; leucemia aguda en niños. Otras afecciones: Síndrome adrenogenital; colitis ulcerosa; ileítis regional; esprue; afecciones podales (bursitis bajo heloma duro; hallux rigidus; quinto dedo varo); afecciones que necesitan inyección subconjuntival; discrasias sanguíneas que responden a los corticosteroides; nefritis y síndrome nefrótico. La insuficiencia corticosuprarrenal primaria o secundaria puede tratarse con Cronolevel® Suspensión Inyectable pero, en caso de que se utilice, debe suplementarse con mineralocorticoides. Cronolevel® Suspensión Inyectable está recomendado para: 1) la inyección intramuscular en afecciones que responden a los corticosteroides sistémicos; 2) la inyección directa en los tejidos blandos afectados, donde esté indicado; 3) la inyección intraarticular y periarticular en los trastornos artríticos; 4) la inyección intralesional en diversas afecciones dermatológicas y 5) la inyección local en ciertos trastornos inflamatorios y císticos del pie.
Las dosis requeridas son variables y deben determinarse individualmente de acuerdo con la enfermedad específica, su gravedad y la respuesta del paciente. La dosis inicial debe mantenerse o ajustarse hasta que se obtenga una respuesta satisfactoria. Si después de un período razonable esto no sucede, la terapia con Cronolevel® Suspensión Inyectable debe discontinuarse e instituirse otro tratamiento apropiado. Administración sistémica: En la mayoría de las condiciones, el tratamiento sistémico se inicia con la aplicación de 1 ml a 2 ml de Cronolevel® Suspensión Inyectable, que se repite según necesidad. La administración se realiza mediante una inyección intramuscular profunda en la región glútea. La posología y la frecuencia de administración dependen de la gravedad de la afección del paciente y de la respuesta terapéutica. Inicialmente pueden requerirse 2 ml en el manejo de enfermedades graves, tales como estado asmático o lupus eritematoso, que se resolvieron mediante la aplicación de medidas de urgencia apropiadas. Una gran variedad de afecciones dermatológicas responden a la inyección intramuscular de 1 ml de Cronolevel® Suspensión Inyectable, repetida de acuerdo con la respuesta de la enfermedad. En el tratamiento de la bursitis aguda o crónica, se recomienda la administración intramuscular de 1 ml a 2 ml de Cronolevel® Suspensión Inyectable, repetida según necesidad. Administración local: Muy rara vez se requiere el empleo concomitante de un anestésico local. Si se desea administrar conjuntamente un anestésico local, se puede mezclar Cronolevel® Suspensión Inyectable (en la jeringa y no en el frasco-ampolla) con clorhidrato de procaína o lidocaína al 1% o 2% o algún otro anestésico local similar, utilizando fórmulas que no posean parabenos. Deben evitarse los anestésicos que contengan metilparabeno, propilparabeno, fenol, etc. Primeramente se retira del frasco-ampolla la dosis requerida de Cronolevel® Suspensión Inyectable empleando una jeringa. A continuación se añade el anestésico local y la jeringa se agita brevemente. En el tratamiento de la bursitis subdeltoidea, subacromial, olecraneana y prerrotuliana, la inyección intrabursal de 1 ml a 2 ml de Cronolevel® Suspensión Inyectable suele ser suficiente. La bursitis crónica puede tratarse con dosis reducidas una vez que se han controlado los síntomas agudos. En los casos de tenosinovitis, tendinitis y peritendinitis aguda, la aplicación de una inyección de Cronolevel® Suspensión Inyectable debería aliviar la afección. En las formas crónicas de estas afecciones puede ser necesario repetir la inyección, según lo requiera el estado del paciente. En el tratamiento de la artritis reumatoide y la osteoartritis se recomienda la administración intraarticular de 0.5 ml a 2 ml de Cronolevel® Suspensión Inyectable. La duración de la mejoría, varía ampliamente en ambas enfermedades. Las dosis recomendadas para la inyección intraarticular de Cronolevel® Suspensión Inyectable son: articulaciones mayores (rodilla, cadera, hombro) 1 ml a 2 ml; articulaciones medianas (codo, muñeca, tobillo) 0.5 ml a 1 ml; articulaciones pequeñas (pie, mano, pecho) 0.25 ml a 0.5 ml. Las afecciones cutáneas pueden responder a la inyección intralesional del fármaco. La respuesta de algunas lesiones que no se tratan directamente podría deberse a un leve efecto sistémico de la droga. En el tratamiento intralesional se recomienda una dosis intradérmica de 0.2 ml/cm2 de Cronolevel® Suspensión Inyectable, inyectada en forma uniforme con una jeringa de tuberculina y una aguja de calibre 26. La cantidad total de Cronolevel® Suspensión Inyectable inyectada semanalmente en todos los sitios no debe exceder de 1 ml. Cronolevel® Suspensión Inyectable puede utilizarse en aquellas afecciones del pie que responden a los corticosteroides. La bursitis bajo heloma duro puede tratarse con dos inyecciones sucesivas de 0.25 ml cada una. Una jeringa de tuberculina con una aguja de calibre 25 resulta adecuada para la mayoría de las inyecciones aplicadas en el pie. Las dosis recomendadas a intervalos de aproximadamente una semana son: bursitis bajo heloma duro o mola 0.25 ml a 0.5 ml; bursitis bajo espolón calcáneo 0.5 ml; bursitis sobre hallux rigidus 0.5 ml; bursitis sobre quinto dedo varo 0.5 ml; quiste sinovial 0.25 ml a 0.5 ml; neuralgia de Morton (metatarsalgia) 0.25 ml a 0.5 ml; tenosinovitis 0.5 ml; periostitis del cuboides 0.5 ml; artritis gotosa aguda 0.5 ml a 1 ml. Cuando se obtenga una respuesta favorable, deberá determinarse la dosis útil de mantenimiento, disminuyendo paulatinamente la dosis inicial en valores pequeños, a intervalos apropiados, hasta alcanzar la dosis más baja capaz de mantener una respuesta clínica adecuada. La exposición del paciente a situaciones de estrés, ajenas a la enfermedad que se está tratando, puede requerir un aumento de la dosis de Cronolevel® Suspensión Inyectable. Si el fármaco va a discontinuarse después de un tratamiento prolongado, la posología debe disminuirse gradualmente.
Pacientes con infecciones micóticas sistémicas y en aquellos que presentan reacciones de hipersensibilidad al fosfato sódico de betametasona, al dipropionato de betametasona, a otros corticosteroides, o a cualquier componente de la preparación. La administración intramuscular está contraindicada en pacientes con púrpura trombocitopénica idiopática.
Las reacciones adversas a CRONOLEVEL® Suspensión Inyectable son similares a las comunicadas con otros corticosteroides y se relacionan con la posología y la duración del tratamiento. Habitualmente, las mismas pueden ser revertidas o minimizadas disminuyendo la dosis; en general, esto es preferible a la interrupción del tratamiento. Trastornos hidroelectrolíticos: retención de sodio, pérdida de potasio, alcalosis hipopotasémica; retención de líquido; insuficiencia cardíaca congestiva en pacientes susceptibles; hipertensión. Osteomusculares: debilidad muscular, miopatía corticosteroide, pérdida de masa muscular; agravamiento de los síntomas miasténicos en la miastenia gravis; osteoporosis; fracturas por compresión vertebral; necrosis aséptica de la cabeza femoral y humeral; fracturas patológicas de los huesos largos; ruptura de tendones; inestabilidad articular (por inyecciones intraarticulares repetidas). Gastrointestinales: úlcera péptica con posible perforación y hemorragia subsecuente; pancreatitis; distensión abdominal; esofagitis ulcerosa. Dermatológicas: alteración en la cicatrización de heridas; atrofia cutánea; adelgazamiento y fragilidad de la piel; petequias y equimosis; eritema facial; aumento de la sudoración; supresión de reacciones a las pruebas cutáneas; reacciones tales como dermatitis alérgica, urticaria, edema angioneurótico. Neurológicas: convulsiones; aumento de la presión intracraneal con papiledema (pseudotumor cerebral) comúnmente después del tratamiento; vértigo; cefalea. Endocrinas: irregularidades menstruales; desarrollo de un estado cushingoide; depresión del crecimiento intrauterino fetal o infantil; falta de respuesta corticosuprarrenal y pituitaria secundaria, particularmente en situaciones de estrés, tales como traumatismos, cirugía o enfermedad; disminución de la tolerancia a los carbohidratos, manifestaciones de diabetes mellitus latente, aumento de los requerimientos de insulina o hipoglucemiantes orales en los diabéticos. Oftálmicas: cataratas subcapsulares posteriores; aumento de la presión intraocular, glaucoma; exoftalmos. Metabólicas: balance de nitrógeno negativo debido al catabolismo proteico. Psiquiátricas: euforia, oscilaciones del humor; depresión grave a francas manifestaciones psicóticas; cambios en la personalidad; insomnio. Otras: reacciones anafilactoides o de hipersensibilidad y reacciones hipotensivas o similares al choque. Otras reacciones adversas vinculadas con la corticoterapia parenteral incluyen: raros casos de ceguera asociados con el tratamiento intralesional en cara y cabeza, hiperpigmentación o hipopigmentación, atrofia cutánea y subcutánea, absceso estéril, inflamación después de la inyección (con posterioridad al uso intraarticular) y artropatía de tipo Charcot.
CRONOLEVEL® Suspensión Inyectable no debe administrarse por vía intravenosa o subcutánea. Durante la aplicación es obligatorio emplear una técnica estrictamente aséptica. CRONOLEVEL® Suspensión Inyectable contiene dos ésteres de betametasona; uno de ellos, el fosfato sódico de betametasona, desaparece rápidamente del sitio de inyección. Por lo tanto, el potencial para producir efectos sistémicos de esta porción soluble de CRONOLEVEL® Suspensión Inyectable debe ser tenido en cuenta por el médico cuando se emplee esta preparación. Las inyecciones intramusculares de corticosteroides deben administrarse profundamente en masas musculares grandes para evitar la atrofia del tejido local. La administración intraarticular, intralesional y en los tejidos blandos de un corticosteroide puede producir tanto efectos locales como sistémicos. Para excluir un proceso séptico, se hace necesario el examen apropiado del líquido sinovial. Debe evitarse la inyección local de un corticosteroide en una articulación previamente infectada. Un aumento marcado del dolor y la tumefacción local, acompañado de restricción del movimiento articular, fiebre y malestar, sugieren la presencia de artritis séptica. Si se confirma el diagnóstico de sepsis, deberá instituirse el tratamiento antimicrobiano apropiado. Los corticosteroides no deben inyectarse en articulaciones inestables, áreas infectadas o espacios intervertebrales. Las inyecciones repetidas en articulaciones con osteoartritis pueden incrementar la destrucción de la articulación. Evitar la inyección directa de corticosteroides en los tendones, ya que puede producirse ruptura tardía de los mismos. Después del tratamiento corticosteroide intraarticular, el paciente debe tener cuidado de no usar excesivamente la articulación en que se ha obtenido el beneficio sintomático. Como en raras ocasiones han ocurrido reacciones anafilácticas en enfermos que recibieron corticoterapia por vía parenteral, previamente a su administración deben adoptarse medidas de precaución adecuadas, especialmente si el paciente presenta antecedentes de alergia a cualquier fármaco. En los casos de corticoterapia prolongada, deberá considerarse la transferencia del paciente de la administración parenteral a la vía oral una vez evaluados los potenciales riesgos y beneficios. Pueden requerirse ajustes de la dosis en función de las remisiones o exacerbaciones de la enfermedad, de la respuesta individual del paciente al tratamiento y de la exposición del mismo a situaciones de estrés emocional o físico, tales como infección severa, cirugía o lesión. Después de la suspensión de una corticoterapia prolongada o con dosis altas, puede ser necesaria la vigilancia del enfermo por hasta un año. Los corticosteroides pueden enmascarar algunos signos de infección, y durante su uso pueden desarrollarse nuevas infecciones. Su empleo puede provocar disminución de la resistencia y dificultad para localizar la infección. El uso prolongado de corticosteroides puede producir cataratas subcapsulares posteriores (especialmente en niños), glaucoma con posible daño de los nervios ópticos y un incremento de las infecciones oculares secundarias debidas a hongos o virus. Las dosis normales y altas de corticosteroides pueden ocasionar aumento de la presión sanguínea, retención hidrosalina e incremento de la excreción de potasio. Es menos probable que estos efectos ocurran con los derivados sintéticos, a no ser que se utilicen en dosis elevadas. La restricción de sal en los alimentos y el suplemento de potasio pueden ser necesarios. Todos los corticosteroides aumentan la excreción de calcio. No deben llevarse a cabo procedimientos de inmunización mientras los pacientes estén recibiendo corticosteroides, especialmente en dosis elevadas, debido al peligro potencial de complicaciones neurológicas y a la falta de respuesta en la producción de anticuerpos. Sin embargo, se pueden llevar a cabo procedimientos inmunizantes en pacientes que reciben corticosteroides como tratamiento de reemplazo, como por ejemplo, en la enfermedad de Addison. Se debe advertir a los pacientes que reciben dosis inmunosupresoras de corticosteroides, que eviten quedar expuestos al sarampión o a la varicela y, en caso de que ello ocurra, que consulten al médico. Esto es particularmente importante en los niños. La corticoterapia en los pacientes con tuberculosis activa debe limitarse a los casos de tuberculosis diseminada o fulminante, en los cuales el corticosteroide se utiliza para el tratamiento de la enfermedad en combinación con un régimen antituberculoso adecuado. La prescripción de corticosteroides a pacientes con tuberculosis latente o reactividad a la tuberculina requiere una estrecha vigilancia, ya que puede ocurrir reactivación de la enfermedad. Durante la corticoterapia prolongada, los enfermos deben recibir quimioprofilaxis. Cuando se utilice rifampicina en un programa quimioprofiláctico, debe tenerse en cuenta que la misma incrementa la depuración metabólica hepática de los corticosteroides, por lo cual puede ser necesario un ajuste de la dosis de los mismos. Debe utilizarse la menor dosis posible de corticosteroide para controlar la afección que se está tratando. Cuando sea posible una disminución de la dosis, la misma deberá ser gradual. La suspensión demasiado rápida del corticosteroide puede producir insuficiencia corticosuprarrenal secundaria, la cual puede minimizarse reduciendo gradualmente la dosis. Esta insuficiencia relativa puede persistir durante varios meses después de interrumpido el tratamiento. Si durante este período se produce una situación de estrés, debe restablecerse el tratamiento corticosteroide. Si el paciente ya está recibiendo corticosteroides, puede ser necesario aumentar la dosis de los mismos. Como la secreción mineralocorticoide puede estar afectada, se recomienda la administración concomitante de sodio y/o un agente mineralocorticoide. El efecto de los corticosteroides aumenta en los pacientes con hipotiroidismo o con cirrosis. Los corticosteroides deben utilizarse con precaución en los pacientes con herpes simple ocular debido a la posibilidad de perforación corneal. Durante la corticoterapia pueden desarrollarse trastornos psíquicos. Los corticosteroides pueden agravar la inestabilidad emocional o las tendencias psicóticas existentes. Se recomienda precaución al administrar corticosteroides en los siguientes casos: colitis ulcerosa inespecífica, si hay una probabilidad de perforación inminente, absceso, u otra infección piógena; diverticulitis; anastomosis intestinal reciente; úlcera péptica activa o latente; insuficiencia renal; hipertensión; osteoporosis y miastenia gravis. Como las complicaciones de la corticoterapia dependen de la magnitud de la dosis y de la duración del tratamiento, para cada paciente deberá tomarse una decisión basada en los riesgos y beneficios de la administración del fármaco. El crecimiento y desarrollo de los lactantes y niños que reciban corticoterapia prolongada debe vigilarse cuidadosamente, dado que los corticoides pueden alterar las tasas de crecimiento e inhibir la producción endógena de corticosteroides. En algunos pacientes, la corticoterapia puede alterar la movilidad y número de espermatozoides. Interacciones farmacológicas: el uso concurrente de fenobarbital, fenitoína, rifampicina o efedrina puede incrementar el metabolismo de los corticosteroides, disminuyendo su actividad terapéutica. Los pacientes tratados concomitantemente con corticosteroides y estrógenos deben ser observados para detectar un posible incremento de los efectos del corticosteroide. La administración simultánea de corticosteroides con diuréticos que produzcan depleción de potasio puede acentuar la hipopotasemia. El uso concomitante de corticosteroides con glucósidos cardíacos puede aumentar la posibilidad de arritmias o la toxicidad de la digital asociada con hipopotasemia. Los corticosteroides pueden incrementar la depleción de potasio causada por anfotericina B. En todos los pacientes que reciban cualquiera de estas combinaciones terapéuticas deben vigilarse cuidadosamente las concentraciones séricas de electrólitos, particularmente los niveles de potasio. El uso concomitante de corticosteroides con anticoagulantes de tipo cumarínico puede aumentar o disminuir los efectos anticoagulantes, requiriendo posiblemente un ajuste de la dosis. Los efectos combinados de los antiinflamatorios no esteroides o el alcohol con los glucocorticoides pueden dar lugar a un aumento de la incidencia o gravedad de las úlceras gastrointestinales. Los corticosteroides pueden reducir las concentraciones sanguíneas de salicilato. En los casos de hipoprotrombinemia, la combinación de ácido acetilsalicílico con corticosteroides debe utilizarse con precaución. Cuando se administren corticosteroides a pacientes diabéticos, puede requerirse un ajuste de la posología de la droga antidiabética. El tratamiento concomitante con glucocorticoides puede inhibir la respuesta a la somatotropina. lnteracciones con las pruebas de laboratorio: los corticosteroides pueden afectar los resultados de la prueba del tetrazolio nitroazul para infección bacteriana y producir resultados falsos negativos. Uso durante el embarazo: como no se han realizado estudios adecuados de reproducción en seres humanos utilizando corticosteroides, el empleo de CRONOLEVEL® Suspensión Inyectable durante el embarazo o en mujeres en edad fértil requiere que se evalúen los posibles beneficios de la droga en relación a los potenciales riesgos para la madre y el feto. Los recién nacidos de madres que recibieron dosis sustanciales de corticosteroides durante el embarazo deben ser cuidadosamente observados en lo que respecta a signos de hipoadrenalismo. Cuando las madres recibieron betametasona inyectable antes del parto, los lactantes presentaron supresión transitoria de la hormona de crecimiento fetal y presuntamente de las hormonas hipofisarias que regulan la producción de corticosteroides por parte de las zonas definitiva y fetal de las glándulas suprarrenales fetales. Sin embargo, la depresión de la hidrocortisona fetal no interfirió con las respuestas hipofisosuprarrenales al estrés después del nacimiento. Como los corticosteroides atraviesan la barrera placentaria, se recomienda examinar cuidadosamente a los recién nacidos cuyas madres recibieron corticoterapia durante una parte o gran parte del embarazo, por la posible ocurrencia, aunque muy rara, de cataratas congénitas. Las mujeres que han recibido corticoterapia durante el embarazo deben mantenerse en observación durante y después del parto por si aparecen signos de insuficiencia suprarrenal debidos al estrés asociado con el parto. Uso durante la lactancia: los corticosteroides se excretan en la leche materna. Debido a la posible aparición de efectos adversos en el lactante, deberá decidirse si se suspende la lactancia o el corticosteroide, tomando en consideración la importancia del fármaco para la madre.
Cronolevel® Suspensión Inyectable: 1 frasco-ampolla x 2 ml con 1 jeringa descartable estéril y apirógena. Cronolevel® Suspensión Inyectable Jeringa Prellenada: 1 jeringa prellenada de 5 ml de capacidad conteniendo 2 ml de principio activo, acompañada de 1 ampolla de solución anestésica x 3 ml (clorhidrato de lidocaína al 1%), 2 agujas estériles y apirógenas y una toallita embebida en alcohol isopropílico.
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