Diferencias entre antiinflamatorios y analgésicos

Cuando nos sentimos mal o padecemos de alguna dolencia, por lo general, nos tomamos algún antiinflamatorio o analgésico que tengamos en casa. Pero ¿sabes realmente cuál es el que conviene usar dependiendo de la situación?

Meditodo
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Diferencias entre antiinflamatorios y analgésicos

Cuando nos sentimos mal o padecemos de alguna dolencia, por lo general, nos tomamos algún antiinflamatorio o analgésico que tengamos en casa. Pero ¿sabes realmente cuál es el que conviene usar dependiendo de la situación? 

En este artículo, te contamos eso y mucho más. Explicamos cuáles son las diferencias entre ambos tipos de medicamentos. Hablamos a fondo de los mismos para que sepas cómo usarlos y cuándo dependiendo de las circunstancias. Sin embargo, ten en cuenta que siempre será necesario consultar con un especialista. 

¿Qué son los antinflamatorios?

Los antiinflamatorios son fármacos desarrollados para detener o minimizar procesos inflamatorios en el organismo. Lo que ocurre es que alguna parte del cuerpo (tanto externa como interna) se expande generando dolor e incomodidad.

Al ingerir productos antiinflamatorios el cuerpo recibe una dosis analgésica. Dentro de los antiinflamatorios existen dos tipos. 

  • Corticoides: tiene como principio activo la cortisona y sus derivados. Estos se recetan en situaciones muy específicas recetados por médicos especialistas. Sirve para controlar dolores de artritis, asma, lupus, esclerosis múltiples, afecciones de la piel (eczema y erupciones cutáneas), algunos tipos de cáncer, entre otros. 
  • Antinflamatorios No esteroideos (AINES): A este grupo pertenecen los medicamentos como ibuprofeno, dexketoprofeno o naproxeno. Estos son de uso más popular pero se deben ingerir con mucho cuidado. Sin excesos porque tiene efectos secundarios como problemas digestivos, daños al riñón, descontrolar la presión arterial, entre otros.

Consideraciones para usarlos

Como ya sabemos los antiinflamatorios se dividen en dos grupos. Los corticoesteroides que solo se usan bajo receta médica. En el caso de los AINES que son de uso más común, hay ciertas consideraciones. Conozcamos cuáles son para poder usarlos con mayor seguridad:

  • Usar antiinflamatorios del tipo AINES en exceso no ayudará a aliviar el dolor. Estos tienen un tope de acción y si no lo reducen, debe ir al médico.
  • Si se ingiere en exceso y el dolor continúa, puede causar efectos secundarios en su organismo. Desde daños en riñones y estómago, hasta problemas cardiacos.
  • Una vez inicie el tratamiento con AINES, no corte ni reduzca los tiempos entre cada administración.
  • Evite ingerir dos tipos diferentes de AINES esto no alivia el dolor, causa otros males.
  • Si quiere aliviar dolores causados por la gripe, asegúrese de que el fármaco tenga ibuprofeno o aspirina.
  • Los antiinflamatorios AINES también vienen en crema. Es importante saber que estos productos alcanzan llegar a la sangre. Esto porque si está tomando AINE vía oral puede ser un riesgo para su salud el exceso del producto.

¿Cuándo usar antiinflamatorios?

Cuando se presentan dolores o inflamaciones vinculadas a enfermedades de la artritis. Una de ellas es la artritis reumatoidea acompañado de otro medicamento. Esto porque rara vez los AINES alivian este dolor solos. La dosis será indicada por el médico. 

  • Ibuprofeno en adultos. Se puede iniciar con 200 mg y subir a 400 mg. Esto cada 4 horas según sea necesario. No se pueden exceder de 4 dosis al día. En el caso de los niños los medicamentos se clasifican por edad y peso del infante. Cuando son menores de 6 meses el cuidado debe ser mayor. 
  • Naproxeno en adultos. La dosis debe ser de 220 a 440 miligramos. Esta se debe suministrar cada 8 u 12 horas. Se debe tomar con un vaso lleno de agua y no exceder los 440 mg en un día. En niños menores de 12 años no es recomendable, a menos que el médico lo indique. Si es un adulto mayor de 65 años, la dosis no puede ser más de 220 mg cada 12 horas.

¿Qué son los analgésicos?

Los analgésicos tienen un origen muy interesante. Etimológicamente hablando vienen del griego y se divide en “an” que significa negación y “algos” que significa dolor. Es decir, negar el dolor. Si resumimos su uso en estas palabras, los analgésicos sirven para reducir dolores.

Pero médicamente hablando, los analgésicos alivian y reducen dolores en – por ejemplo – cabeza, músculos, articulaciones, entre otros. También tienen principios activos que calman la fiebre porque tienen antitérmicos. Al igual que en los antiinflamatorios, los analgésicos también tiene su clasificación y son:

  1. No opioides: son los del primer nivel y se consumen para dolores más leves. Tienen un límite para aliviar dolores en el sistema nervioso periférico. Es decir, por más que aumente la dosis el dolor no sanará. En este grupo entran fármacos del tipo ibuprofeno, diclofenaco, ketorolaco, paracetamol, acetaminofén, metamizol, entre otros.
  2. Opioides débiles: alivian dolores de mayor intensidad que los primeros. Se consideran para dolores moderados que actúan en el sistema nervioso central. Dentro de los más usados está el tramadol que posee menos efectos secundarios dentro de este nivel. Otros fármacos que alivian dolores moderados son codeína, oxicodona, hidrocodona, dihidrocodeína, entre otros.
  3. Opioides fuertes: estos medicamentos se aplican cuando el dolor es muy grave. Además, no se suministra vía oral sino intravenoso. Podemos mencionar la morfina, hidromorfona, metadona, fentanilo, heroína, diamorfina y levorfanol.
  4. Analgesia radical: considerado para dolores de nivel 4 grave refractario. Este interviene con el analgésico no alivia el dolor en sus fases anteriores. Para ello se aplica a través de la espina dorsal. Utilizando un catéter espinal o una bomba de infusión. También se aplican luego de resucitación con choques eléctricos, operaciones neurológicas, entre otras.

Consideraciones para usarlos

Los analgésicos son responsables de aliviar dolores de cabeza, musculares, artríticos (leves) y otros tipos de dolores. Los diferentes tipos de analgésicos ayudan a aliviar distintas dolencias. Sin embargo debemos tener algunas consideraciones antes de usarlos.

  • Al ingerir un analgésico nuestro cerebro inhibe los impulsos dolorosos que causan la afección.
  • Se pueden usar para aliviar dolores leves o moderados.
  • Se puede ingerir sin receta o prescripción médica cuando son genéricos.
  • Es recomendable no ingerirlos en exceso. Cada analgésico tiene un límite de acción. Si no funciona, lo ideal es ir al médico.
  • El exceso de analgésicos puede generar daños en riñones, hígado, y el estómago.
  • Si tiene un dolor de cabeza muy fuerte y usa analgésicos de forma descontrolada, puede causar un efecto rebote. Es decir, el dolor continuará incrementándose y sin ser sometido por el fármaco.
  • Por nada del mundo combine analgésicos. Cada uno tiene dosis específicas que juntas pueden ser dañinas o letales.

Síntomas que alivian los analgésicos

Los analgésicos en sí sirven para aliviar rápidamente el dolor. Dependiendo de la afección, pueden calmar o suprimir por completo los malestares. Sin embargo, no se recomienda abusar de los mismos. 

En el caso de los analgésicos opiáceos alivian dolores producidos por quemaduras y huesos fracturados. También ayudan a calmar dolores de cáncer o crónicos en personas con cuidados paliativos.

En el caso de la ingesta de analgésicos no opiáceos, estos pueden disminuir inflamaciones pero deben ser ingeridos en dosis altas. Son empleados para problemas digestivos como úlceras pépticas o hemorragias digestivas.

También sirven para controlar problemas de retención de líquido. Estos vienen acompañados con hinchazones que se pueden aliviar. Sin embargo, su uso excesivo puede causar problemas renales. También pueden generar problemas cardiovasculares, crear coágulos de sangre y aumentar la presión arterial.

¿Qué es mejor tomar? ¿Antiinflamatorios o analgésicos?

Tras leer todo el artículo podemos decir que cada fármaco tiene su momento. Sus composiciones químicas y reactivas tienen funciones específicas para diferentes tipos de dolencias. Además, no todas se deben auto-medicar porque pueden ser dañinas o letales.

Es importante que antes de tomar antiinflamatorios o analgésicos se consulte con un médico. Este le dirá cuál usar y en qué dosis. Además, pueden variar según su edad, peso y condiciones de salud. ¡Recuerde este punto!

Aunque los antiinflamatorios pueden aliviar las inflamaciones de garganta, también frenan la fiebre. Sin embargo, cuando el dolor es intenso y tiene hinchazón, los analgésicos son la solución. Estos tienen componentes que reducen la inflamación a la vez que minimizan el dolor.

Para finalizar, recuerde que cada fármaco tiene su límite de acción. Por más que ingiera pastillas o píldoras, puede que su dolor sobrepase sus efectos de calmante. Es por eso que si no hay efectos inmediatos, detenga el consumo. Llame a su médico y programe una consulta.

Conclusión

Para finalizar, le recordamos que ya sea que busque información sobre algún antiinflamatorio o analgésico, en nuestro sitio web lo encontrará. En Meditodo, contamos con una amplia base de datos. Así encontrará información sobre el fármaco que necesite. Además de los laboratorios en los que los preparan y mucho más. 

Esta información es gratuita y está abierta al público. ¡Esperamos ayudarle!