Cuando nos sentimos mal o padecemos de alguna dolencia, por lo general, nos tomamos algún antiinflamatorio o analgésico que tengamos en casa. Pero ¿sabes realmente cuál es el que conviene usar dependiendo de la situación?
Cuando nos sentimos mal o padecemos de alguna dolencia, por lo general, nos tomamos algún antiinflamatorio o analgésico que tengamos en casa. Pero ¿sabes realmente cuál es el que conviene usar dependiendo de la situación?
En este artículo, te contamos eso y mucho más. Explicamos cuáles son las diferencias entre ambos tipos de medicamentos. Hablamos a fondo de los mismos para que sepas cómo usarlos y cuándo dependiendo de las circunstancias. Sin embargo, ten en cuenta que siempre será necesario consultar con un especialista.
Los antiinflamatorios son fármacos desarrollados para detener o minimizar procesos inflamatorios en el organismo. Lo que ocurre es que alguna parte del cuerpo (tanto externa como interna) se expande generando dolor e incomodidad.
Al ingerir productos antiinflamatorios el cuerpo recibe una dosis analgésica. Dentro de los antiinflamatorios existen dos tipos.
Como ya sabemos los antiinflamatorios se dividen en dos grupos. Los corticoesteroides que solo se usan bajo receta médica. En el caso de los AINES que son de uso más común, hay ciertas consideraciones. Conozcamos cuáles son para poder usarlos con mayor seguridad:
Cuando se presentan dolores o inflamaciones vinculadas a enfermedades de la artritis. Una de ellas es la artritis reumatoidea acompañado de otro medicamento. Esto porque rara vez los AINES alivian este dolor solos. La dosis será indicada por el médico.
Los analgésicos tienen un origen muy interesante. Etimológicamente hablando vienen del griego y se divide en “an” que significa negación y “algos” que significa dolor. Es decir, negar el dolor. Si resumimos su uso en estas palabras, los analgésicos sirven para reducir dolores.
Pero médicamente hablando, los analgésicos alivian y reducen dolores en – por ejemplo – cabeza, músculos, articulaciones, entre otros. También tienen principios activos que calman la fiebre porque tienen antitérmicos. Al igual que en los antiinflamatorios, los analgésicos también tiene su clasificación y son:
Los analgésicos son responsables de aliviar dolores de cabeza, musculares, artríticos (leves) y otros tipos de dolores. Los diferentes tipos de analgésicos ayudan a aliviar distintas dolencias. Sin embargo debemos tener algunas consideraciones antes de usarlos.
Los analgésicos en sí sirven para aliviar rápidamente el dolor. Dependiendo de la afección, pueden calmar o suprimir por completo los malestares. Sin embargo, no se recomienda abusar de los mismos.
En el caso de los analgésicos opiáceos alivian dolores producidos por quemaduras y huesos fracturados. También ayudan a calmar dolores de cáncer o crónicos en personas con cuidados paliativos.
En el caso de la ingesta de analgésicos no opiáceos, estos pueden disminuir inflamaciones pero deben ser ingeridos en dosis altas. Son empleados para problemas digestivos como úlceras pépticas o hemorragias digestivas.
También sirven para controlar problemas de retención de líquido. Estos vienen acompañados con hinchazones que se pueden aliviar. Sin embargo, su uso excesivo puede causar problemas renales. También pueden generar problemas cardiovasculares, crear coágulos de sangre y aumentar la presión arterial.
Tras leer todo el artículo podemos decir que cada fármaco tiene su momento. Sus composiciones químicas y reactivas tienen funciones específicas para diferentes tipos de dolencias. Además, no todas se deben auto-medicar porque pueden ser dañinas o letales.
Es importante que antes de tomar antiinflamatorios o analgésicos se consulte con un médico. Este le dirá cuál usar y en qué dosis. Además, pueden variar según su edad, peso y condiciones de salud. ¡Recuerde este punto!
Aunque los antiinflamatorios pueden aliviar las inflamaciones de garganta, también frenan la fiebre. Sin embargo, cuando el dolor es intenso y tiene hinchazón, los analgésicos son la solución. Estos tienen componentes que reducen la inflamación a la vez que minimizan el dolor.
Para finalizar, recuerde que cada fármaco tiene su límite de acción. Por más que ingiera pastillas o píldoras, puede que su dolor sobrepase sus efectos de calmante. Es por eso que si no hay efectos inmediatos, detenga el consumo. Llame a su médico y programe una consulta.
Para finalizar, le recordamos que ya sea que busque información sobre algún antiinflamatorio o analgésico, en nuestro sitio web lo encontrará. En Meditodo, contamos con una amplia base de datos. Así encontrará información sobre el fármaco que necesite. Además de los laboratorios en los que los preparan y mucho más.
Esta información es gratuita y está abierta al público. ¡Esperamos ayudarle!