La diabetes ocurre cuando el nivel de glucosa en la sangre, también llamado azúcar en la sangre, es demasiado alto. La glucosa en la sangre es la principal fuente de energía del organismo y proviene principalmente de los alimentos que se consumen.
Su cuerpo descompone la mayor parte de los alimentos que come, los transforma en azúcar (también llamada glucosa) y los libera en el torrente sanguíneo. El páncreas produce una hormona llamada insulina, que actúa como una llave que permite que el azúcar en la sangre entre a las células del cuerpo para que estas la usen como energía.
Con diabetes, su cuerpo no produce una cantidad suficiente de insulina o no puede usar adecuadamente la insulina que produce. Cuando no hay suficiente insulina o las células dejan de responder a la insulina, queda demasiada azúcar en el torrente sanguíneo y, con el tiempo, esto puede causar problemas de salud graves, como enfermedad del corazón, pérdida de la visión y enfermedad de los riñones.
La diabetes ocurre cuando el nivel de glucosa en la sangre, también llamado azúcar en la sangre, es demasiado alto. La glucosa en la sangre es la principal fuente de energía del organismo y proviene principalmente de los alimentos que se consumen.
La insulina, es una hormona producida por el páncreas, y ayuda a que la glucosa en la sangre entre a las células para que se utilice como energía. Otra hormona, el glucagón, funciona en conjunto con la insulina para controlar los niveles de glucosa en la sangre.
La diabetes tipo 1 es causada por una reacción autoinmunitaria (el cuerpo se ataca a sí mismo por error). Esta reacción impide que su cuerpo produzca insulina. El sistema inmunitario del cuerpo normalmente combate las infecciones, pero en la mayoría de las personas con diabetes tipo 1, el sistema inmunitario ataca y destruye las células del páncreas que producen insulina. Como resultado, el páncreas deja de producir insulina. Sin insulina, la glucosa no puede entrar a las células y la concentración de glucosa en la sangre aumenta por encima de lo normal. Las personas con diabetes tipo 1 necesitan tomar insulina todos los días para poder seguir vivos.
Aproximadamente del 5% al 10% de las personas que tienen diabetes, tienen el tipo 1. Por lo general, los síntomas de esta diabetes aparecen rápidamente. Generalmente se diagnostica en niños, adolescentes y adultos jóvenes. Las personas que tienen diabetes tipo 1, deben recibir insulina todos los días para sobrevivir. En la actualidad, nadie sabe cómo prevenir la diabetes tipo 1.
Con la diabetes tipo 2, el cuerpo no usa la insulina adecuadamente y no puede mantener el azúcar en la sangre a niveles normales. Aproximadamente del 90 al 95% de las personas con diabetes, tiene la diabetes tipo 2. Es un proceso que evoluciona a lo largo de muchos años y generalmente se diagnostica en los adultos (si bien se está presentando cada vez más en los niños, los adolescentes y los adultos jóvenes). Es posible que no sienta ningún síntoma; por lo tanto, es importante que se haga un análisis de sus niveles de azúcar en la sangre si está en riesgo. La diabetes tipo 2 se puede prevenir o retrasar con cambios de estilo de vida saludables.
Muchas personas están en riesgo de diabetes tipo 2. Sus posibilidades de desarrollarla dependen de una combinación de factores de riesgo, como sus genes y estilo de vida. Los factores de riesgo incluyen:
Y si es mujer, además de factores de riesgo mencionados anteriormente,
Si está en riesgo de desarrollar diabetes, es posible que pueda evitarla o retrasarla. La mayoría de las cosas que debe hacer implican un estilo de vida más saludable. Si realiza estos cambios, obtendrá además otros beneficios de salud. Puede reducir el riesgo de otras enfermedades y probablemente se sienta mejor y tenga más energía. Los cambios son:
Hable con su proveedor de atención médica para ver si hay algo más que pueda hacer para retrasar o prevenir la diabetes tipo 2. Si tiene un alto riesgo, su proveedor puede sugerirle tomar algún medicamento para la diabetes
La diabetes gestacional aparece en mujeres embarazadas que nunca han tenido diabetes. Si usted tiene diabetes gestacional, su bebé podría estar en mayor riesgo de presentar complicaciones de salud. La diabetes gestacional generalmente desaparece después de que nace el bebé. Sin embargo, aumenta el riesgo de que usted tenga diabetes tipo 2 más adelante en la vida. Es más probable que su bebé tenga obesidad cuando sea niño o adolescente y que presente diabetes tipo 2 más adelante en la vida.
Con el tiempo, los individuos que viven con diabetes pueden desarrollar complicaciones a largo plazo. Mientras más tiempo pase una persona con diabetes y mientras menos controlados estén los niveles de azúcar en su sangre, mayor será su riesgo de sufrir complicaciones.
A continuación, se presentan algunas de las complicaciones más comunes de la diabetes
La neuropatía diabética es un desorden que daña los nervios y es la complicación más común que afecta a la mayoría de los pacientes con diabetes tipo 1 y tipo 2. El exceso de azúcar en la sangre puede dañar las paredes de los vasos sanguíneos que dan sustento a los nervios, específicamente en las piernas. Esto puede resultar en un cosquilleo, adormecimiento, ardor o dolor que normalmente comienza en las puntas de los dedos de las manos o los pies y que se extiende gradualmente.
Si no se trata, se puede perder la sensación en las extremidades afectadas. El daño causado a otro nervio, como aquellos relacionados con la digestión, puede resultar en problemas de náusea, vómitos, diarrea o constipación. En algunos casos, con los hombres, puede llevar a disfunción eréctil.
La nefropatía diabética, también conocida como enfermedad renal, es un daño progresivo de los riñones causado por la diabetes. La diabetes puede dañar el frágil sistema de filtración del riñón, y el daño severo puede llevar a insuficiencia renal o a enfermedad renal irreversible, lo que puede hacer que se necesite diálisis y/o un trasplante de riñón.
La retinopatía diabética, también conocida como enfermedad diabética de los ojos, es una complicación causada por daño en los vasos sanguíneos del tejido de la retina en la parte de atrás del ojo. Si bien la retinopatía diabética puede no dañar inmediatamente los ojos, puede llevar a condiciones serias de la visión, incluyendo cataratas, glaucoma y ceguera.